Me llamo Eva, y vengo de Sión, me enamoré de el Joker en la constelación de Orión, fuimos de viaje de novios a una galaxia lejana; exaltaba mi libido, lavaba mi líquido cefalorraquídeo, me encantaba y excitaba, entronaba su destino y destrozaba mi común sentido hasta que rompí el hilo con la vida que había tenido yendo de mala a peor.
Apenas hubo puesto un pie en mi entrada que me mandó de paseo a la nada, así lo hacía y lo mantenía, amarle me condenaba a vivir en la jaula, nadando en aguas contaminadas siempre acompañada de su atenta mirada que yo tanto necesitaba, en la que me veía reflejada.
Coloreaba y dibujaba todo lo que le interesaba, me volvió arlequín de tanto sobreescribir, borraba igual que pintaba y todo en mí estallaba cuando le veía sonreír, embelesada estaba mientras me desfiguraba me asemejaba más a él, nos amábamos con locura y eso me hacía ser fiel.